La unificación monetaria argentina, establecida mediante la Ley 1130, se adecuó al sistema de la Unión Latina, con base en 1 peso equivalente a 25 gramos de plata de 900 milésimas o 1,6129 gramos de oro de igual título. Esta relación dio lugar al ARGENTINO ORO de 8,0645 gramos de oro de 900 milésimas, equivalente a 5 pesos, moneda que junto al “medio argentino” (2,50 pesos) constituyeron las únicas piezas emitidas bajo el imperio de esa Ley.
La acuñación realizada en la Casa de Moneda de la Nación, comprendió el período 1881/89 y volvió a acuñarse por última vez en 1896.
La conversión del oro fue suspendida en 1929 y al crearse el Banco Central, en 1935, el encaje áureo de la Caja de Conversión pasó a la nueva autoridad monetaria a razón de 5 pesos papel por 1 peso oro.
Así como la efigie de la Libertad, que Oudiné grabó en su reverso, se convirtió a través del tiempo en la imagen fiscal de la República, el Argentino Oro (como se llamó a la moneda de 5 pesos), además de su curso legal y su función como garantía de emisiones fiduciarias y el valor de atesoramiento, ha sido para cuatro generaciones, y aún después, nuestra moneda áurea por excelencia, emblema de soberanía monetaria y símbolo de solidez y estabilidad del signo monetario de nuestra patria.